El origen de San Felices de los Gallegos se encuentra relacionado con su fundador, el obispo visigodo de Oporto, D. Félix -de ahí su nombre San Felices-, que funda la población en el año 690.
Pero más allá de su fundación a finales del siglo VII, aquel primitivo asentamiento es repoblado en el siglo X por Ramiro II con gente llegada del noroeste peninsular, de Gallaecia, de ahí el apellido “de los Gallegos”.
Su situación fronteriza favoreció que durante los siglos medievales fuera convirtiéndose en un importante punto estratégico y defensivo, viéndose envuelto de lleno en las guerras fronterizas entre Castilla y Portugal, lo que la convirtió en uno de los principales enclaves militares de la frontera portuguesa.
Pero la historia de San Felices es también la historia de sus personajes históricos que jugaron un papel primordial en la configuración de España, y de una guerra, la de la Independencia, que la hace caer en manos del ejército francés durante casi tres años, hasta que Lord Wellington recupera Ciudad Rodrigo, abandonando poco tiempo después la tropa francesa San Felices.
Los siglos venideros fueron duros. La guerra carlista, la desamortización, o la importante emigración en busca de mejores condiciones lejos de San Felices, han hecho a la localidad perder su merecido protagonismo. Sin embargo, San Felices ha sabido recuperar su importante pasado, resurgiendo una villa en la que a su historia se une su increíble patrimonio arquitectónico, su tradicional gastronomía y un entorno natural de increíble belleza y relevancia.
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Vistas de la localidad con iglesia, torre y convento. © Ángel Espinazo Pérez
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